SIBO y digestión óptima

En este post quiero abordar algunos conceptos básicos e importantes sobre el SIBO, sistema inmune, permeabilidad intestinal y cómo obtener una digestión óptima.

Índice

●Definición de SIBO
●Tipo de bacterias
●Causas del SIBO
●Tratamiento
●Tratamiento mediante dieta elemental
●Suplementación para alteraciones de la salud intestinal
●Primera exposición bacteriana
●Permeabilidad intestinal y autoinmunidad
●Factores nocivos
●Alimentos de fibra fermentable óptimos para el microbioma
●Resumen y puntos clave

Definición de SIBO

El SIBO (del inglés, Small Intestinal Bacterial Overgrowth) es conocido como un sobre-crecimiento bacteriano fuera de su sitio. Es decir, las bacterias de nuestro intestino se encuentran en la zona inferior distal del intestino delgado y sobre todo en el colon, pero cuando colonizan fuera de su sitio en la zona alta del intestino, a nivel de duodeno y yeyuno proximal, y empiezan a crecer en exceso (esa zona debe tener un número de microorganismos inferior a 100.000 por mililitro). Aparecen los signos/síntomas frecuentes del SIBO, como son: Hinchazón abdominal, mal aliento, gases (flatulencias y eructos), mala absorción de nutrientes, des-conjugación de las sales biliares interfiriéndose así la absorción de grasas, deficiencias vitamínicas, diarrea, estreñimiento, adelgazamiento, alteraciones neuronales y anémicas por déficit de vitamina B12… Por ello, además, es frecuente confundir el diagnóstico de SIBO con el de otras enfermedades tales como colon irritable, permeabilidad intestinal, estrés indefinido…

Al aumentar las bacterias en el intestino delgado, aumentan las endotoxinas séricas con sus compuestos bacterianos, lo que conlleva la producción de citoquinas pro-inflamatorias. Estas bacterias se alimentan de carbohidratos, fermentando y produciendo desechos tóxicos para la mucosa intestinal como: Amoníaco, lactato péptidoglicano bacteriano endógeno, etanol ligado a cándidas y otras levaduras… 

Tipo de bacterias

La relación comensal en nuestro intestino ha sido, es y será una relación importante para la salud humana. Dependiendo del gas que producen, el cual se detecta en el aliento, pueden ser: Si es gas metano, arqueas; si es hidrógeno, bacterias. Además, se está empezando a conocer un tercer tipo de bacteria, que produce sulfuro de hidrógeno.

  • La clínica de las arqueas (metano) cursa con: Estreñimiento, hinchazón tardía, ph ácido en heces, periodontitis y tendencia obesidad. 
  • La clínica de las bacterias (hidrógeno) cursa con: Diarrea, hinchazón rápida, gases rápidos, heces de ph normal y tendencia delgadez.

Las alteraciones del SIBO conducen a un deterioro de las microvellosidades de los enterocitos, así como la rotura de la mucosa intestinal, produciéndose alteraciones en los transportadores de membrana y disminución de enzimas digestivas.

Dependiendo del tiempo con SIBO, tiene lugar también la atrofia de la microvellosidad, produciéndose síndromes de malnutrición como intolerancias a la fructosa, lactosa, sorbitol o malabsorción de carbohidratos. Dicha agresión puede causar también intestino permeable, abriendo las puertas de alimentos sin digerir, proteínas, toxinas y bacterias al resto de cuerpo, ocasionando alteraciones inmunológicas y de autoinmunidad.

Causas del SIBO

Nuestra fisiología posee mecanismos de defensa para evitar el SIBO, sus armas son la secreción gástrica de ácido clorhídrico, las sustancias bacteriostáticas de los jugos pancreáticos y bilis, IgA (inmunoglobulina antigliadina), integridad de la válvula ileocecal y el peristaltismo intestinal. Todo lo que pueda agredir y alterar estos mecanismos estará expuesto al SIBO y alteraciones en la salud intestinal. Desgraciadamente es común tomar el medicamento inhibidor de la bomba de protones, el Omeprazol. Este es el responsable de reducir la acidez del ácido clorhídrico. Al respecto, cabe destacar que la hipoclorhidria o acidez estomacal, es un problema de alteración del ph del ácido clorhídrico. El cual se ha vuelto más base en vez de ácido, por ello tenemos que aumentar la acidez no disminuirla. Enfermedades como la gastritis crónica de origen autoinmune, o secundaria a la H. Plyori pueden ser también contribuyentes al SIBO.

Ayuno interprandial

El complejo motor migratorio, es decir, la motilidad o peristaltimo intestinal se produce entre 2 y 4 horas tras haber comido. Aumentar el periodo entre comidas permite al intestino delgado limpiarse de restos alimenticios que pueden ser fermentados por nuestras bacterias aumentando y colonizando el intestino, debido a que permanecen más tiempo los restos alimenticios en el intestino. Las alteraciones en la motilidad intestinal predisponen al SIBO. Por todo esto, cobra relevante importancia NO realizar la típica costumbre de:  Desayuno – almuerzo – comida – merienda – cena (e incluso re-cena). Lo ideal para dar descanso a nuestro intestino y favorecer su motilidad, son las tres comidas al día bien espaciadas, desayuno  – comida – cena. Es más, realizar un ayuno intermitente 16/8h saltándose el desayuno favorecería el tiempo de ayuno nocturno, tiempo donde tiene lugar la motilidad intestinal (limpieza) más efectiva.

Cabe mencionar que cada vez que se toma algún alimento, este motor migratorio se anula. El daño al mismo está relacionado con procesos autoinmunes, estrés, infeccioso y alteraciones gastrointestinales agudas.

Tratamiento

El antibiótico Rifaximina, cuya absorción gastrointestinal es casi nula, no repercutiendo por ello a nivel sistémico, crea poca resistencia y no destruye las bacterias buenas del intestino grueso en comparación con otros antibióticos.

En la fitoterapia, encontramos antibióticos herbáceos como: Alicina, beberina, carvacrol, rubia cordofila, tinospora, cordofila, aceite de orégano, allium sativum, los cuales no crean la común resistencia bacteriana al antibiótico y tienen menos efectos secundarios.

Tratamiento mediante dieta elemental

Esto no es exclusivo del SIBO, también es útil en enfermedades inflamatorias como la celiaquía, pancreatitis, enteritis por radiación, esofagitis eosinofila, fibrosis quística, Crohn, colitis ulcerosa, tras intervenciones intestinales…

Consiste en aportar todos los macronutrientes de forma pre-digerida, esto es lo más importante para que su absorción sea rápida en el intestino delgado y evitar así la fermentación de las bacterias fuera de su lugar y que mueran al no conseguir alimento. Para ello, es útil usar triglicéridos de cadena media como los contenidos en el aceite de coco, los carbohidratos simples como la glucosa, fructosa o maltosa. Así mismo, las proteínas deben estar como aminoácidos, suplementos como aislado o concentrado de whey o aminoácidos esenciales.

Fodmaps

Una dieta baja en fodmaps disminuye también la actividad de las bacterias, sin embargo, esta dieta útil a corto plazo no es sostenible a largo plazo porque las bacterias buenas del colon necesitarán fibra. Por ello, con el tiempo es importante ir reintroduciendo alimentos mediante el método de la abuela: “Prueba y error”. Observando cómo nos sientan de nuevo los alimentos una vez realizado el tratamiento del SIBO.  Y aunque me estoy repitiendo, es fundamental separar bastante el tiempo entre comidas para favorecer el motor migratorio intestinal. También ayuda tomar antes de cada comida una cucharada de vinagre de manzana para estimular un ambiente ácido en el estómago, que mejorará la digestión. También se puede tomar una cucharada pequeña de aceite de coco, de oliva o de árbol de té con el mismo fin, de mejorar la digestión.

Suplementación para alteraciones de la salud intestinal

Es interesante aportar enzimas digestivas como pepsina, lipasa, betaina, HCL, (este complejo enzimático es efectivo).

Primera exposición bacteriana

Durante la vida fetal, los antojos de la madre empezarán a modificar el microbioma y metabolismo del feto. Así que preguntar a nuestra madre qué tipo de antojo le dio estando embarazada, puede darnos información sobre nuestro metabolismo. En mi caso fueron melocotones, y sí, la fruta me encanta. Este tipo de antojo es un factor importante del entorno del feto. Al respecto, se conoce por ejemplo que las madres que estuvieron sometidas a la restricción calórica severa e inanición del invierno del hambre en la Holanda del 44. Dio lugar a una generación con tendencia a la obesidad y alteraciones cardiometabólicas.

En el nacimiento, si es natural, tiene lugar la colonización de bacterias mediante la vía vertical de la vagina y el bebé. Esto continúa mediante la lactancia materna, donde se protege al bebé mediante el paso de inmunoglobulinas lácteas, bacterias y citoquinas, comenzando así el microbioma del bebé. Por esto es de vital importancia la lactancia materna.

Permeabilidad intestinal y autoinmunidad

El microbioma intestinal establece muchas relaciones de manera comensal en nuestro cuerpo, por ejemplo, los lactobacilus protegen la pared intestinal manteniendo el equilibrio de defensa frente a las bacterias dañinas hacia la pared intestinal. Cabe destacar que el ADN bacteriano que posee el cuerpo humano es superior al ADN de sus propias células. “Nuestras” bacterias trabajan para nosotros, son capaces de infiltrarse a otros órganos para protegernos de infecciones. Pero, si estas son patógenas, puede generar alteraciones en dichos órganos.

El epitelio de la pared intestinal está recubierto por linfocitos T, que regulan la permeabilidad de la misma. Situaciones de estrés crónico con su respectiva inmunosupresión, pueden alterar esta permeabilidad abriendo la puerta a bacterias patógenas que se infiltren en el hígado creando alteraciones metabólicas. O pueden infiltrarse proteínas que, una vez en el torrente sanguíneo, se fijen en glándulas, huesos, órganos… creando así alergias, enfermedades o “confusiones” autoinmunes como lupus, hipertiroidismo, artritis reumatoide… Esto son hipótesis sin que resten a la importancia de mantener el estrés bajo control y optimizar nuestras digestiones asegurando la permeabilidad intestinal.

Sin embargo, la excesiva presencia de linfocitos T en el lumen intestinal causada por la inflamación de bacterias fuera de su lugar (SIBO), promueve un estado de desequilibrio o disbiosis intestinal, causa relacionada con la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. El equilibrio de las cepas bacterianas de nuestro lumen intestinal dependen directamente de nuestro entorno. Es decir, la realización de ejercicio de fuerza, dieta en carbohidratos con la fibra adecuada, pre-bioticos dietéticos, ayuno, exposición solar, favorece dicho equilibrio.

Factores nocivos

Factores de nuestro entorno que son especialmente irritantes del intestino son: Alcohol, antibióticos tabaco, insomnio, sedentarismo, exceso de ejercicio físico ( debido al gran aumento de la temperatura en el intestino irrita e inflama), dieta alta en grasas poliinsaturadas y trans (sobre todo cuando son calentadas aumentando su peroxidación lipídica), endotoxinas, estrés crónico (que conlleva un nivel alto de cortisol el cual es inmunosupresor), falta de luz o gluten. Por otro lado, durante el SIBO la fruta y verdura provoca fermentación de sus fibras estando por ello contraindicadas.

En un estado de salud, alimentos de fibra fermentable óptimos para el microbioma

Almidón resistente

La retrogradación es el procedimiento por el que se aplica diferentes carbohidratos con el fin de crear almidón resistente útil para el microbioma. Algunos ejemplos son: Patata, yuca, boniato y arroz previamente cocinados, posteriormente se dejan enfriar en la nevera. Y a la hora de la ingesta no deben ser calentados demasiado, así obtenemos el almidón resistente.

Fibras 

Dentro de las fibras, los tubérculos son más digeribles y tienen menos anti-nutrientes que por ejemplo las legumbres. Los alimentos integrales son más reactivos en el intestino por su contenido en anti-nutrientes. En definitiva y contra todo el paradigma actual “super-healthy”, nuestra dieta cuanto menos integral y de fácil digestión sea, mejor.

Fructanos: Alcachofas, puerros, cebolla, espárragos. 
Polifenoles: Frutos rojos (bayas como los arándanos y moras), cacao, té verde.

Las pectinas de las frutas y hortalizas contenidas en la zanahoria, manzanas, plátanos, son favorables, debido a que al estar compuestas por muchas pequeñas fibras son las mejores opciones para aumentar la diversidad del microbioma.

Otros alimentos que fermentan “bien” son: Inulina, café, especias, setas, queso, encurtidos fermentados. Pero cuidado, la fibra aportada por los cereales y legumbres tienden a “malas fermentaciones”, por ser más ricos en celulosa.

Resumen y puntos clave

  • Las bacterias son parte fundamental de nuestro intestino, debemos tenerlas en cuenta para mantener buena salud. Para ello acciones como: Evitar grasas poliinsaturadas, estrés físico-emocional, alcohol, antibióticos, digestiones pesadas tras comidas abundantes, insomnio, sedentarismo, exceso de deporte, en fin, lo de siempre…
  • Siguiendo la típica línea, el estrés crónico esta muy relacionado con la aparición de las ulceras estomacales. No es causa directa pero si factor muy agravante, por ello, según el tipo de estrés que sufra una persona. Por ejemplo, ante el estrés emocional, podría ser útil antes de las comidas principales meditar 5 minutos, con el fin de, relajar el sistema simpático y hormonas del estrés favoreciendo así la producción de ácidos gástricos y en fin ultimo, la digestión.
  • Mantener un régimen de comidas de tres al día muy espaciadas, e incluso, dos al día con un ayuno intermitente de 16/8 horas. Favorecerá en gran medida el motor migratorio intestinal, evitando la fermentación bacteriana de los restos de comida. En el contexto de alteraciones digestivas esto es básico.
  • Un suplemento muy útil son los complejos enzimáticos, así como incorporar almidón resistente en la dieta. También lo es priorizar alimentos de fácil digestión, elegir frutas y hortalizas antes que verduras, legumbres o una alimentación integral.
  • Existe gran evidencia sobre la relación mente-intestino, por lo que incorporar meditación como hábito, es una gran herramienta para estabilizar nuestro sistema hormonal adrenal (cortisol, adrenalina…).
  •  La estrategia a seguir con problemas intestinales sería:
  1. Identificar a prueba y error, los alimentos que generan mayor fermentación ( flatulencias,  hinchazón, diarrea…) y eliminarlos temporalmente. 
  2. Reparar el intestino mediante reposo relativo con ayuno, alimentos de fácil digestión, incluir glutamina como suplemento básico.
  3. Nueva colonización de bacterias sobre todo Lactobacilus y Bifidobacterias, mediante el uso de probióticos ( importante los probióticos de calidad mantienen la cadena de frío, así que deberías encontrarlos en la nevera del herbolario), almidón resistente,  fibra…
  4. Mantenimiento de los hábitos que optimizan la digestión, evitar digestiones pesadas….
  • Respetar los tiempos cocción, así como salivar y masticar muy bien la comida es un aspecto fundamental para una digestión óptima, en vez de engullir y comer deprisa, lo ideal sería, comer despacio, con música relajada en un ambiente tranquilo y disfrutando al máximo de la comida. 
  • Añadir antes o durante la comida agua con vinagre de manzana, e incluso yendo un paso más, agua con jengibre y vinagre de manzana apoyará la acidez estomacal, mejorando la digestión.

FUENTE

Introducción al SIBO, de López Blas

Principio de incertidumbre:  El mecanismo que mantiene a raya la microbiota intestinal

¿Cómo mejorar tu hinchazón y tus gases del sistema digestivo?”, de Carlos Pérez en Ivoox

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