El músculo como órgano Hormonal-Metabólico

La masa muscular en el cuerpo tiene diversas funciones sobre todo en el entorno hormonal-metabólico. Diferentes ensayos clínicos confirman que su presencia es un factor protector frente a enfermedades cardiovasculares, el cáncer, el envejecimiento… Pero más no es mejor, es decir, un sobrepeso de músculo supone un estrés elevado; la relación de longevidad-tamaño está directamente relacionada con la eficiencia energética.

Mantener una alta tasa metabólica con un peso bajo es más eficiente que mantener una alta tasa metabólica con un peso mayor respectivamente.

Entonces, desde el punto de vista de la salud, tener exceso de músculo no es eficiente, pero, no tener una masa muscular considerable tampoco lo es.  El entrenamiento de fuerza estratégico, sin sobrepasar el umbral de recuperación o inflamación que él mismo produce, es un arma poderosa pero de doble filo.

Funciones del músculo como organo Hormonal-Metabólico

Tener cierto volumen muscular, permite tener mayor capacidad de almacenamiento de glucógeno muscular, una mejora en la sensibilización de insulina, y de los transportadores de sodio y glucosa (SGTL,GLUT) con parte de sus receptores en el tejido músculo-esquelético.

Esto permite manejar más hidratos de carbono en la dieta, apoyando una mayor reconversión de T4  a T3. Mejorando así la función tiroidea e inhibiendo la presencia de cortisol y ácidos grasos en sangre, aumentándose la tasa metabólica.

La sensibilidad a la insulina es benefactora en el tejido muscular, gracias al almacenamiento de nutrientes, aminoácidos como arginina y leucina, que estimulan la entrada proteica en el músculo. Además de la utilización de glucosa como energía y almacenamiento de glucógeno.

Tener una buena sensibilidad a la insulina significa que se necesita de poca insulina en suero para realizar sus funciones durante poco tiempo, es decir, la vida media de la insulina es 3-5 minutos, evitándose así entornos de hiperinsulinemia.

Actualización

El músculo produce adaptaciones en todo el organismo gracias a unas moléculas que comunican el tejido músculoesquelético con otros órganos (hígado, cerebro, páncreas, hueso, tejido adiposo…). Estas moléculas son llamadas mioquinas (citoquinas y péptidos), producidas por las contracciones repetidas del tejido muscular, son liberadas al torrente sanguíneo funcionando como «factores humorales»o » factores del ejercicio«.

Las mioquinas intervienen en:

Metabolismo de la glucosa: IL-6 e IL-13. Metabolismo de los ácidos grasos: IL-6, IL-15, Irisina y BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). Secreción de la Insulina: FGF-21, IL-6 via GLP-1.

Tras la práctica de ejercicio físico regular, las mioquinas permanecen constantemente en sangre ayudando a combatir procesos inflamatorios y como herramienta básica contra el síndrome metabólico

A continuación, un breve vídeo sobre toda la señalización celular que ejerce el tejido músculo-esquelético

Fuente:

Christian Thibaudeau, en T Nation

Especificidad de señalización de la acción de interleucina-6


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